Observa el cielo sereno, el prado verde, el anfiteatro de los montes que se alzan y se curvan para proteger el horizonte. Escucha el suspiro del viento sobre la hierba, el canto de las aves y el sonido de las campanas. Respira el perfume de las flores, el aroma de los árboles frutales. Acaricia con las manos los materiales de la tradición, la solidez de las piedras y el calor de la madera modelada con la habilidad artesana.Disfruta los sapores del territorio, sus tradiciones, sus productos simples y rafinados.
Unas vacaciones con todos los sentidos